Ceremonia del té japonés

Hay aromas y sabores que nos trasladan a lugares o eventos remotos, en este caso será el maravilloso té japonés el que nos transportará a la tierra del “Sol Naciente”. En el continente asiático se encuentra un país maravilloso no sólo por su desarrollo tecnológico sino también por su belleza natural y sus tradiciones culturales muy arraigadas, Japón.

Nos haremos participes de una importante tradición japonesa de la que todos conocemos superficialmente a través de los libros o el cine. Una ceremonia que personifica las cualidades esenciales de la vida cotidiana en Japón y de la que podemos aprender.

Mucho más que una simple bebida caliente, el té es un ritual que tiene mucho significado dentro de la cultura nipona. La ceremonia del té representa pureza, tranquilidad, respeto y armonía y se requiere de mucha preparación para este importante evento. Descubre más sobre la ceremonia del té japonés, disfruta del encuentro espiritual y contribuye a mantener viva esta importante tradición que se remonta a la antigüedad.

Desde luego que los sabores y los aromas derriban todas las fronteras posibles seduciendo a los paladares más exigentes. El sushi, por ejemplo, una delicada y suculenta pieza de arroz y pescado crudo que encontramos en casi todos los rincones del planeta, ha causado tal sensación que por primera vez el restaurante de Jiro Ono, en Tokio, ha sido galardonado con tres estrellas Michelín. No es para menos, tres estrellas Michelín representan una cocina excepcional que vale la pena conocer.

La forma de preparar el arroz avinagrado, de cortar el pescado y la sincronía de otros ingredientes, requieren de una técnica excepcional y aunque cualquiera puede atreverse a prepararlo en casa, encontrar la excelencia es algo que requiere de una gran tenacidad.

Partiendo de la premisa de que “cada momento solo ocurre una vez”, además de la búsqueda de la perfección que caracteriza a los japoneses en todas sus facetas, destacamos el maravilloso ritual que envuelve a la ceremonia del té japonés y que revela el pasado de una cultura ancestral; ya que aún cuando el consumo de té comenzó en China, influenciado por el budismo Zen, se extendió hasta Japón, evolucionando hasta convertirse en una experiencia cultural completa y de la que hoy día podemos disfrutar.

La ceremonia del té es toda una experiencia espiritual digna de apreciar y degustar, donde interviene la calma y la renovación. Mientras que la mayoría de los mortales simplemente calentamos agua y la echamos, junto con el té, en una taza, los japoneses reviven un acontecimiento histórico a través de un fino e inspirador procedimiento que conocerás a continuación.

La ceremonia del té japonés

En monasterios en China ya se consumía el té, luego fue llevado por los monjes budistas a Japón. Al principio se tomaba por razones medicinales, aunque con el tiempo se convirtió en un símbolo de estatus. No obstante, los japoneses sintieron un enorme gusto por el té y no tardaron en cultivarlo y comercializarlo por todo el país.

Con el paso de los siglos los japoneses fueron experimentando con la producción de la plantas de té y como resultado, allá por el siglo XII, descubrieron el famoso té verde, conocido como matcha, que en japonés significa “té en polvo” y que no es más que el resultado de recoger la cosecha junto con el tallo ocultando previamente las hojas de té del sol para que alcancen una tonalidad más oscura al tiempo que se convierten en hojas más dulces.

Fue en el siglo XIII cuando el consumo de té se hizo común entre los monjes y la clase guerrera aristocrática (los samuráis). Donde los guerreros empezaron a consolidar el gusto por beber el té matcha así como su producción, convirtiéndose esta en parte integral de su formación dando lugar a las primeras bases de la ceremonia del té.

Posteriormente, en el siglo XVI aparece Sen no Rikyu, un monje budista zen japonés considerado el padre de la ceremonia del té, quién introdujo al ritual tradicional la filosofía wabi-sabi que consiste en disfrutar del presente y en encontrar la paz y la armonía en la naturaleza y las pequeñas cosas de la vida.

Rikyu a temprana edad comenzó a formarse en este arte influenciado por famosos maestros del té de la época y se destacó por sus conocimientos y su excelencia a la hora de la elaboración y puesta en escena de tan maravillosa expresión espiritual, por lo que se le atribuye el título de maestro de ceremonia del té, término que se usaba para referirse a los señores más poderosos del país.

Un ritual profundamente espiritual que se practica como una forma de arte en Japón, en el que Sen dejó un legado de incalculable valor, inspirado en la sencillez como principio rector. Él se encargó de elevarlo a una categoría suprema y promover el espíritu del arte del té (tranquilidad, respeto, pureza y armonía) como base fundamental de la ceremonia. Sen decía: «el arte del té no consiste en nada más que en hervir agua, preparar té y beberlo».

En qué consiste la ceremonia del té

Evidentemente que el objetivo de esta ceremonia es la degustación del té, sin embargo, todo el proceso de su elaboración nos conduce a una experiencia enriquecedora, a un modo de vida armonioso, en otras palabras, al encuentro con la filosofía Zen propia de la cultura e historia japonesa.

La ceremonia del té también conocida como cha-no-yu o sadō sigue muchos rituales, por lo que es indispensable que la persona que guía este proceso esté familiarizada con ciertas artes como la caligrafía, los arreglos florales la cerámica, el incienso y el kimono. El procedimiento puede variar según el lugar y la época del año pero generalmente alcanza las 4 horas, sin embargo, se suele adaptar a 3 horas para algunos turistas impacientes.

Para la ceremonia se establecen grupos reducidos de entre 2 y 6 personas, donde el anfitrión enseñará a sus invitados algunos gestos simples, pero propios de la ceremonia, como la forma en la que se sujeta la taza o se toma el purificante té, la manera en la que hay que comunicarse además de la postura que ha de mantenerse.

En resumen, una sincronía perfecta donde convergen la armonía (wa), el respeto (kei), la pureza (sei) y la tranquilidad (jaku) a través de una ceremonia que demuestra la simplicidad de la belleza de la vida.

Para el ritual puedes consumir dos tipos de té: usucha y koicha. El primero es un té ligero, que contiene mucha más agua, similar al que solemos consumir, mientras que el segundo es espeso y por tanto tiene mayor concentración de té. La diferencia principal está en las cantidades de matcha y de agua durante la preparación, además que el Koicha es más costoso y con un grado de calidad muy elevado debido a que se fabrica con hojas de plantas de más de 20-25 años que derivan en un té de sabor más dulce y menos ácido.

Originalmente, el té servido en la ceremonia del té era únicamente Koicha, pero con el tiempo se empezó a popularizar el Usucha.

Cuando se produce una ceremonia relativamente más simple (Chakai) se sirve el usucha, acompañado de pequeños bocados, llamados tenshin. Mientras que si la práctica es más protocolar (Chaji) se comen platos variados y ligeros conocidos como kaiseki. Los dulces tradicionales también suelen incorporarse.

Su celebración suele realizarse en una sala llamada chashitsu, adornada por un tokonoma, un pequeño espacio donde se cuelgan kakemonos o rollos decorativos y un arreglo floral o ikebana para un mejor disfrute de la experiencia. Una habitación tranquila de tipo japonés o washitsu funcionan muy bien, no obstante, las casas tradicionales japonesas suelen contar con un espacio en el jardín donde el anfitrión es el que se encarga de todo el proceso.

El estudio de la ceremonia del té

Si te sientes atraído por este maravilloso arte tradicional japonés y quieres convertirte en anfitrión o maestro de ceremonia del té puedes acudir a alguna ceremonia y recibir lecciones inspiradoras; si lo prefieres también puedes participar en un corto ritual de iniciación para el disfrute de éste curioso ritual.

Como lo habrás notado, la ceremonia no es simple y requiere de entrenamiento; es vital que adquieras conocimientos que van más allá de los gestos y posturas a través del estudio de la ceremonia del té conocido como sado o chado que significa el camino del té.

Para formarte en esta encantadora manifestación histórica y cultural te presentamos un abanico de opciones, Bonsaikido, te ofrece la oportunidad de realizar cursos trimestrales, talleres o cursos de verano, entre otros; por lo que puedes apuntarte inmediatamente para disfrutar y aprender al máximo de las antiguas tradiciones japonesas que se mantienen vivas.

Si te interesa también puedes volar directamente al epicentro de las artes tradicionales japonesas e inscribirte en alguna de las escuelas que ofertan estudios especializados en la ceremonia del té. En Kyoto se encuentra Urasenke, una reconocida academia que lleva más de 60 años formando maestros del té y que cuenta con programas diseñados para extranjeros.